Mañana por fin es día 8 y dará comienzo la tan esperada fase 3. Si bien aún existirán muchas restricciones, la tan cacareada "nueva normalidad" está de veras llegando y finalmente con el paso de las provincias de Málaga y Granada al mismo tiempo que el resto, se podrá circular libremente en Andalucía entre provincias.
Este hecho me ha permitido reflexionar sobre algo que a mi parecer no está teniendo suficiente repercusión en los medios y que desde este rincón que me "prestan" los diarios de 8Directo trataré de poner de relieve.
Y es que la suspensión de todas las fiestas populares y patronales ha asestado un golpe a la yugular de miles de familias que viven de las ferias. Porque si bien es cierto que la prohibición es para todo el territorio nacional, todos sabemos lo que significan las ferias y diferentes veladas en nuestra querida Andalucía.
Y es que como en todo buen espectáculo que se precie, detrás de bambalinas existen cientos, miles diría yo, de profesionales que se afanan en conseguir que aquellos que tratan de divertirse, lo disfruten al máximo.
Así a voz de pronto se me vienen a la cabeza, montadores de estructuras, equipos de sonido e iluminación, orquestas, grupos flamencos, caterings, empresas de seguridad, limpieza, alquileres de menaje, mobiliarios, decoración…y no sigo porque no acabaría nunca.
Todos esos profesionales y empresas esperan pacientemente durante todo el invierno, haciendo acopio de materiales, manteniendo a parte de sus empleados y cuando llegan el final de la primavera y sobre todo el verano, trabajan jornadas infinitas que unen el día con la noche, mal comiendo, pasando calor, y todo para que la mayoría de nosotros que nos tomamos unos días para disfrutar y reencontrarnos con familiares y amigos en una caseta alrededor de una mesa y con una rica y fresca jarra de rebujito, lo pasemos genial.
No sólo se encuentran en una situación realmente precaria, si no que me consta que andan bastante preocupados ya que sin ingresos hasta la primavera de 2021, en el mejor de los casos, se les presenta un invierno más que complicado.
Por desgracia no tengo ni varita mágica ni soluciones a todos los problemas, pero sí espero conseguir dos cosas desde esta pequeña ventana:
La primera es que todos seamos conscientes que algo tan nuestro, tan importante para nuestra cultura y para nuestra identidad popular como son: romerías, ferias, veladas y fiestas patronales, no serían posible sin maravillosos profesionales que se sacrifican por nosotros y que ahora están pasando un momento realmente delicado.
La segunda es que este artículo sirva de grito respetuoso para que las instituciones y grandes empresas, en cuanto les sea posible y por supuesto cumpliendo con las nuevas normativas, se acuerden de todas esas empresas y profesionales que consiguen que todos pasemos momentos únicos y las contraten cuanto antes para organizar pequeños "congresos" en otoño, conciertos en espacios públicos, etcétera. Ayudando así a hacerles más llevadero este momento, de manera que estén ahí cuando, si Dios quiere el año que viene, estemos todos celebrando nuestras ferias y fiestas en 2021.