Esta semana e imagino que con motivo de la puesta en marcha de la Renta Mínima Vital, encontré navegando y casi por casualidad, una web https://datosmacro.expansion.com/paro/espana/municipios/andalucia donde se pueden encontrar los 5 municipios de más de 40.000 habitantes con más paro de Andalucía. Por desgracia, dos de ellos, tanto el primero (La Línea); como el quinto (Algeciras), muy conocidos y cercanos para aquellos que estén leyendo mi artículo de hoy.
En dicha web se pueden encontrar todo tipo de datos, clasificaciones por provincia, comunidad autónoma, país, etc… pero mi desánimo y frustración es ver cómo Cádiz, y en concreto el Campo de Gibraltar, salen realmente mal parados.
Que el paro es un mal endémico en nuestra zona no lo voy a descubrir yo ahora. Que han pasado gobiernos de todos los colores, tampoco. Pero quizás sí que haya llegado el momento de decir basta, de exigir a nuestros gobernantes que tracen un plan, que el empleo sea una prioridad, que trabajen para que cada ciudadano tenga su caña de pescar y no para subvencionar y/o comprarles la ración de pescado a cada hogar.
Estoy seguro que las ayudas son necesarias, que todo el mundo no goza de las mismas oportunidades y que es importante que la sociedad no deje a nadie atrás. Pero también estoy convencido que una sociedad excesivamente subsidiada se vuelve vaga e incompetente. Necesitamos ayudar a los que ahora no pueden, pero no debemos olvidar que el objetivo debe ser que esas ayudas no sean necesarias, o que sean realmente excepcionales.
Hace algunos días escribía cómo gozamos aquí en el Campo de Gibraltar de dos marcas turísticas de reconocido prestigio internacional (Sotogrande y Tarifa). Contamos con un municipio como el de San Roque con nada más y nada menos que nueve campos de golf. En el plano industrial es de sobra conocido que la Asociación de Grandes Industrias (AGI) y las 14 empresas que la conforman nos hacen contar con uno de los polos industriales mas pujantes de Andalucía.
Pese a todo lo anterior, las cifras de desempleo siguen siendo inaceptables y, por tanto, se necesita poner algo más en la ecuación. Nos hemos acostumbrado a vivir con cifras que son realmente alarmantes y que generan una sensación de desidia e impotencia. No debemos caer en el desánimo y la aceptación, mantengamos un espíritu crítico por el bien de las próximas generaciones.
Por más que queramos luchar, por ejemplo, contra el narcotráfico, con innumerables macro operaciones policiales, nada será más efectivo que dotar a nuestros jóvenes de oportunidades laborales dignas y reales. Que sean ellos los que pasen del narco sin tener que ser perseguidos y/o encarcelados.
Necesitamos ponernos todos a remar en la misma dirección, sin críticas vacías y con un único objetivo: GENERAR EMPLEO. A nuestros gobernantes hay que pedirles infraestructuras y que tomen riesgos que cambien nuestra comarca; a nuestras empresas hay que facilitarles los trámites y exigirles empleo de calidad y a todos nosotros, los ciudadanos de a pie, responsabilidad y ser mucho más exigentes.
Estoy convencido que a la mayor parte de nuestros vecinos les gustaría poder ir todos los días a trabajar, prosperar y sacar adelante a sus familias. Vivimos en un paraíso pero para un 30% de las personas ese paraíso está lleno de trampas.