Bajo un sol que iluminaba la plaza de la iglesia de San José Artesano y se colaba por los cristales del templo creando una atmósfera casi celestial, el Cristo de las Tres Caídas y la Santísima Trinidad han reinado un año más en su barrio.
Ya lo decía el capataz del paso de misterio, Diego Lorenzana, a su cuadrilla fuera de la iglesia. "¡Vamos! Que le está dando el sol en la cara al moreno. ¡Arriba con el Rey del barrio! Una salida que no ha estado exenta de dificultad, con las rampas a las puertas del templo y unos costaleros que van todas a una. Porque si algo caracteriza a esta hermandad es precisamente eso, que son hermanos. Antes de la estación de penitencia, en el interior de la iglesia, todos y todas eran uno solo. Los costaleros ayudando a las costaleras, los capataces, los contraguías, el padre Curro, nadie es más que nadie en la parroquia de San José Artesano. Incluso tres reclusos del centro penitenciario de Botafuegos son acogidos como tres hermanos más durante la procesión en la que participan portando la bandera de los Trinitarios.
En la plaza de la iglesia, los vecinos se agolpan desde una hora antes. Hay mucha expectación por ver salir a la Virgen. Este año por primera vez bajo palio. Un cubrepalio color burdeos con el escudo de la hermandad que se ha confeccionado en el taller de bordado de la cofradía bajo el mando de Javier Roan, vestidor de los titulares.
La Virgen, con una belleza imponente. En las trabajaderas 'Las Niñas de la Trini', "el orgullo del barrio", tal y como ha recordado el capataz del paso de la dolorosa, Luis María Calvo. Niñas que ya son madres, algunas de ellas llevaban a sus hijos en brazos antes de la salida. Y que ahora entienden mejor que nunca el sentimiento de aquella a la que portan.
La primeta levantá de la Trinidad ha estado dedicada a uno de los capataces del Cristo, Moisés Pozo, que perdió a su padre el año pasado y que está viviendo un momento familiar complicado.
El paso, ya de palio, ha salido a ruedas por la rampa de la iglesia. Luego fuera cada costalera ha ocupado su lugar para que la Virgen de la Trinidad junto al Cristo de las Tres Caídas paseen el orgullo de todo un barrio por Algeciras, en el recorrido más largo de la Semana Santa algecireña.