Una mujer y su hijo de 15 años han sido desahuciados este martes, 11 de febrero, de una vivienda de la calle Cabo de la Nave de El Rinconcillo, en Algeciras, en la que vivía desde 2022. El aplazamiento "para seguir buscando una vivienda" que solicitaba la inquilina, que también alega situación de vulnerabilidad, al Juzgado de primera instancia número 1 de Algeciras no ha llegado y sobre las 9:30 horas los representantes judiciales, acompañados de cuatro agente de la Policía Nacional, ejecutaban el desahucio.
La vivienda es de una propietaria particular que ha denunciado ante el juzgado que la inquilina lleva más de un año sin abonarle el alquiler. Sin embargo, la hasta ahora inquilina del inmueble ha asegurado a 8Directo que su intención era pagarle a través del banco y no con dinero en mano, como dice que le exigía la propiedad.
Después de un año de trámites judiciales, el desahucio se ha hecho efectivo pasadas las 9:30 horas de este martes. La mujer, una madre soltera que responde a las iniciales de S. M. A., se encontraba en el interior de la vivienda, nerviosa, con todas sus pertenencias empaquetadas en bolsas y cajas a la espera de la llegada de la secretaria judicial. "Yo abro la puerta, no me voy a resistir", anunciaba mientras entraba por la calle Cabo de la Nave la comitiva judicial acompañada de agentes.
Así ha sido. Al anuncio de que tenía que abandonar la vivienda ha empezado a sacar sus pertenencias, todo lo que hay en una casa en la que llevaba viviendo más de dos años junto a su hijo, y con la ayuda de un vecino. Mientras, dos cerrajeros cambiaban las cerraduras tanto de la puerta interior como la del patio de un inmueble que, según ha explicado, "está dividida, alquilada a varios inquilinos".
"Solo pedía que la jueza viera mi informe de vulnerabilidad y me diera un aplazamiento del desahucio para poder seguir buscando una casa", ha insistido en declaraciones de 8Directo. Esta madre y su hijo estuvieron ayer a la espera de una resolución de la jueza de aplazamiento del desahucio ante los documentos que han aportado: el informe de vulnerabilidad y certificado de la enfermedad que padece su hijo. El proceso para echarla de la vivienda comenzó hace un año -en febrero de 2024- cuando le llegó la notificación de que debía irse. "Desde ese entonces he estado intentando buscar otra casa pero es imposible, los alquileres son muy caros o me piden muchos meses de fianza que no puedo pagar", ha declarado.
"Me quieren echar para alquilarlo los meses de verano por el doble o el triple que estoy pagando yo", ha afirmado. Aunque no tiene empleo, S. M. A. ha asegurado que ella paga el alquiler todos los meses, y que sólo quiere un número de cuenta para abonar la mensualidad para que quede registrado.
Durante el desahucio no han estado presentes, como en otras ocasiones, ni asociaciones ni movimiento vecinal, sólo dos amigos que viven en la zona y su madre. Una vez todas las pertenencias en el exterior llegaron propietarios de la vivienda, que accedieron al inmueble aún con decenas de cajas, bolsas, electrodomésticos, colchones, objetos y dos pájaros enjaulados en la puerta de la casa. "Ahora no sé adónde ir", ha asegurado S. M. A., recién acabada de ser desahuciada.