La Catedral de Cádiz ha acogido este domingo por la mañana una misa fúnebre, en memoria de Miguel Ángel González Gómez, el guardia civil de 39 años natural de San Fernando fallecido el pasado viernes por la noche en Barbate junto a otro agente nacido en Barcelona y de 43 años, al ser ambos arrollados por una narcolancha cuando participaban en una operación contra el tráfico de drogas en el puerto de dicho municipio; hechos por los cuales hay ocho detenidos.
La ceremonia ha sido oficiada por Óscar González Esparragosa, vicario general de la diócesis de Cádiz y Ceuta; y ha contado con la asistencia del Delegado del Gobierno central en Andalucía, Pedro Fernández; del consejero de Presidencia e Interior de la Junta, Antonio Sanz; el alcalde de Cádiz, Bruno García; la Subdelegada del Gobierno en Cádiz, Blanca del Pilar Flores Cueto; y la alcaldesa de Jerez de la Frontera, María José García-Pelayo, entre otras autoridades.
Además, han asistido numerosos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, principalmente mandos y agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, así como ciudadanos a título particular.
El delegado del Gobierno central en Andalucía ha trasladado así las "sinceras condolencias, respeto y profundo pesar" de las autoridades a los familiares y compañeros de los guardias civiles fallecidos "al ser arrollados brutalmente" por una narcolancha en Barbate, extremo que ha despertado todo un debate público y político sobre el impacto del narcotráfico en Cádiz y la necesidad de incrementar los recursos con los que cuentan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
TENÍA PAREJA Y UNA HIJA
Este difunto agente homenajeado en Cádiz, natural de San Fernando, pertenecía al Grupo de Especialistas en Actividades Subacúaticas (GEAS), tenía 39 años, pareja y una hija.
En paralelo, la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona ha acogido este domingo sobre la misma hora la capilla ardiente del otro agente fallecido, natural de Barcelona, destinado en la capital navarra, perteneciente al Grupo de Acción Rápida (GAR), de 43 años y con mujer y dos hijos.
Ambos agentes fallecidos han sido reconocidos con la concesión a título póstumo la Cruz de Oro de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, pesando además otros dos efectivos heridos, uno de ellos leve y el otro grave, si bien la vida de este último no corre peligro.