–¿Cuántos años lleva usted vinculado a la industria del Campo de Gibraltar?
–Yo entré en Acerinox en el 77, entonces no había casi de nada de todo esto, y me jubilé en el 2020 tras 44 años de trabajo. Cuando me jubilé me engañaron (ríe) en la Asociación de Grandes Industrias (AGI) y me hicieron presidente de honor. Estoy muy a gusto porque me hace sentir en activo.
–Habrá vivido muchos cambios de la industria. ¿Qué importancia diría que tiene los que estamos viviendo ahora?
–En todas las épocas han habido cambios, pero este es muy significativo por lo global que es, afecta a todo el mundo, y lo implicada que está toda la sociedad. También es un cambio un poco forzado por la administración, por todos los problemas del aumento de la temperatura y el cambio climático, y por eso es una oportunidad para todo el mundo. Por eso también tiene que haber mucha colaboración entre la administración pública y la empresa privada. Nos han dicho adónde debemos ir y cuándo pero no nos han dicho cómo. Las empresas tendrán que desarrollar inversiones, en innovación y en los cambios que sean necesarios, mientras que la administración tendrá que dotarlas de unas infraestructuras muy específicas para que las empresas puedan llegar. El cambio es muy ilusionante.
–¿Cómo afronta la industria del Campo de Gibraltar todo esto?
–De entrada ha cogido el cambio y está en camino de desarrollarlo, el compromiso con la transición energética es total. Una de las cosas que se nos pide es que no haya emisiones de dióxido de carbono (CO2) a partir de una fecha, pero nuestra industria consume enormes cantidades de CO2 y no tenemos claro qué combustible es el que lo va a sustituir. En eso estamos ahora. El mejor combustible sería electrificar todo el proceso y si es con energía renovable ya estaría todo resuelto, pero hay procesos en nuestras industrias que no son electrificables, necesitamos un combustible, y mientras no se defina estamos perdiendo un poco el tiempo.
"Hay que ver de qué manera reconvertir suelo para la industria, hay mucha demanda"
–¿Cuánto de garantizada está la continuidad de las grandes empresas en la zona?
–Si las empresas son rentables van a permanecer toda la vida. El problema es que hagamos que no sean rentables o no sean competitivas. Lo que hacemos nosotros es necesario y si no es aquí se hará en otro sitio, seguramente no comportándose tan bien con el entorno y el medioambiente como nosotros. Si queremos que permanezcan tenemos que ayudarles a ser sostenibles y competitivas; si las asfixiamos, se tendrán que ir a la larga. Las empresas están para ganar dinero.
–¿Y el empleo?
–La industria genera un empleo muy digno en varios aspectos. Requiere un empleo cualificado, es un empleo muy estable como hemos visto en crisis financiera o en la pandemia, y sobre el salario, la industria paga más del doble que la media de los otros sectores. También es un sector que crea mucho empleo indirecto o inducidos. En la AGI hay 4.000 trabajadores de plantilla directa pero genera cerca de 20.000, cuatro veces más.
"La industria genera un empleo muy digno y estable como se ha visto en las últimas crisis"
–Entramos en un capítulo de reivindicaciones y una de ellas es una formación adaptada a la nueva industria.
–A la administración siempre damos un catálogo con las necesidades de tipos de trabajadores. Ahora estamos reclamando que haya buenos profesionales especializados en la enseñanza que puedan transmitir los conocimientos. Somos totalmente partidarios de la enseñanza dual, necesitamos que haya especialistas en todo este tipo de tecnología nueva como el hidrógeno verde, renovables, trabajos confinados... Pero la Formación Profesional Dual es por dos años y en la enseñanza no todo el mundo tiene un compromiso a dos años, hay muchos profesores interinos que no cogen estas especialidades porque este año están aquí pero el siguiente no. Otro tema que pedimos es que en la formación dual el alumnado debería estar incentivado, y que vea que se cuenta con él. La formación es tan importante o más que las infraestructuras.
"Hemos vivido sin el tren y sin buenas carreteras pero hemos perdido muchas oportunidades"
–Durante la presentación de la Memoria 2022 mostró su contrariedad porque el Campo de Gibraltar no estuviese en el corredor de hidrógeno renovable de la UE, el denominado H2Med. ¿Se está a tiempo de cambiarlo?
–Estamos dentro del Valle Andaluz del Hidrógeno, tenemos empresas generadoras, consumidoras y que pueden comercializar y no entendemos que nos hayamos quedado fuera de los dos ramales diseñados, no nos podemos quedar al margen del progreso. ¿Estamos a tiempo de cambiarlo? Desde la AGI hemos escrito al Ministerio de Transición Energética, nos hemos puesto en contacto con la Junta de Andalucía, y con Enagás, que es el brazo ejecutor del proyecto. Cuando vimos el primer borrador reclamamos, nos contestaron que en el 2040 estaríamos, pero eso está muy lejos. Participamos en reuniones con empresas a nivel nacional en la que cada uno de los sectores industriales o empresas dicen qué necesidades como productor, como consumidor o como distribuidores tienen y con esos datos ellos estudiarían un posible recorrido diferente al que hay, lo propondrían al Parlamento Europeo, entraría en una segunda fase de información, y en el 2024 se diseñaría un posible recorrido diferente. A principios del 25 ya se haría otra ronda vinculante con compromiso de las empresas de los datos que han dado para que se pudiera llevar a cabo del 25 al 30. Todas nuestras empresas están estudiando el tema y como AGI vamos a encargar un informe que avale nuestra demanda. Estamos haciendo todo lo posible.
–¿Por qué es importante estar en ese mapa?
–Cuando nos enteramos que no estábamos, hubo mucha gente que hizo el mismo comentario: igual que con el tren. Tú no puedes perder oportunidades de crecimiento; cuanto menos infraestructuras tengas, menos empresas van a venir y las que hay subsistirán hasta que puedan con lo que tienen. Con las infraestructuras necesarias para la transición energética ocurre igual; esta es una zona con mucha capacidad para producir energía renovable y demanda, pero si no adaptamos la capacidad de transporte de la red eléctrica de nada nos vale. Hemos vivido sin el tren y sin buenas carreteras, pero hemos perdido muchas oportunidades.
–Otra preocupación de la industria es la falta de suelo.
–Tenemos una gran deficiencia. Hay empresas que se nos han escapado, como VTTI que estuvo dos años y se fue. Otra muy reciente es Maersk, que se ha ido a Huelva a montar la planta de metanol verde; Indorama está buscando terrenos para un planta de recuperación de plásticos… Como AGI hemos hablado con alcaldes y hemos pedido una reunión con Mancomunidad para que nos indiquen cómo vehicular esta demanda. Hay un plan de ordenación de la comarca muy antiguo, aquí hay mucha zona rural, no todo es Parque de los Alconocales. Yo me imagino que en Tesorillo hay terreno rural, en Jimena, en Castellar… sería ver de qué manera podría reconvertir ese terreno en industrial porque hay muchas empresas interesadas en estar en la comarca y no podemos dejar escapar inversiones y empleos.
"La formación para generar empleo es tan importante o más que las infraestructuras"
–¿Qué lectura de los números de la AGI en 2022 cuando, por ejemplo, obtuvo un 62% más de ingresos que el año pasado?
–Ha sido excepcionales. Aunque sean números reales, parte del crecimiento no ha sido por el aumento de la producción o la productividad, que lo ha habido pero no al 62%. Se ha debido al incremento de los costes energéticos -luz y gas, y también al coste de la materias primas, que ha subido un 50%. Estos factores son de riesgos y hablan muy bien de nuestras empresas porque a pesar de estas circunstancias se han defendido porque tienen mucha fortaleza y durante mucho tiempo han invertido en eficiencia.