Su nombre original es Elf on the Shelf. Si no es madre o padre probablemente no sepa de qué le estoy hablando. Si por el contrario tiene hijos pequeños sabe que Elf on the Shelf o el Elfo de la Navidad es la causa de sus quebraderos de cabeza desde el 1 de diciembre.
Se trata de una tradición navideña anglosajona que, como otras muchas, hemos adoptado en nuestro país y que se ha hecho absolutamente viral sobre todo desde las pasadas navidades. Este 'simpático' personaje es un elfo enviado por el mismísimo Papá Noel a las casas de los niños para que investigue si estos se portan bien y le pasé un informe al respecto. Sin embargo, este emisario puede que no sea el más indicado para tal misión ya que su principal característica es que se dedica a hacer travesuras mientras que los niños duermen.
El muñeco se puede adquirir en cualquier tienda o gran superficie y en estos momentos es un superventas. No hay padre y madre que no esté en estos días recopilando ideas de las redes sociales, auténticas fuentes de conocimiento en los tiempos que corren, para sorprender con una nueva y original trastada del elfo. Lo que comenzó como un juego divertido ha escalado al nivel de una competencia olímpica de imaginación. En Internet podemos encontrar auténticos tutoriales y listados de mayor o menor dificultad con travesuras.
Elfos colgados de lámparas, asaltando un paquete de galletas o llenando de papel higiénico el baño arrasan en estos días en Tik Tok o Instagram. La idea comenzó como algo sencillo: un libro y un elfo que los padres colocaban cada noche en un lugar diferente. Pero en algún momento, entre los retos de TikTok y los tableros de Pinterest, la cosa se salió de control. Ahora, hay tutoriales para hacer que el elfo "vomite" purpurina, secuestre a otros juguetes o monte escenarios de desastres naturales con harina y muñecos de acción.
Como no podía ser de otra manera esta tradición también reina en el Campo de Gibraltar, quizá llegara incluso algo antes que en otras zonas por nuestros vecinos de Gibraltar, ya que hay familias que tienen al elfo en casa desde antes de que se hiciera viral. En estos casos no vino del Polo Norte sino de las tiendas gibraltareñas. Y es que no hay reunión de padres en estos días en los que el Elfo no ocupe algún momento de las conversaciones, ofreciendo ideas y enseñándose fotos unos a otros de las últimas travesuras ideadas. Los padres que aún no han sucumbido a esta "moda" observan atónitos pensando que ya bastante tienen con la decoración festiva, las cenas navideñas y las interminables listas de regalos como para ahora tener que partirse la cabeza con las trastadas del duendecillo.
La buena noticia es que como casi todas las modas surgidas en redes sociales esta también será efímera. La mala es que vendrá otra que la sustituirá y lo más seguro que sea aún más tirana.