Puerta abierta a un cambio histórico

La Línea y la comarca miran expectantes al desarrollo de unas negociaciones que entran en fase definitiva para alcanzar un acuerdo que, bien gestionado y acompañado de medidas e inviersiones, supondría para la zona una nueva oportunidad de prosperidad y la mejor relación con Gibraltar desde el Tratado de Utrecht

Francis Mena
Periodista
13 de Mayo de 2024
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se dirige a la sala de prensa de Exteriores tras la reunión con los alcaldes y representantes del Campo de Gibraltar. Foto: Francis Mena.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se dirige a la sala de prensa de Exteriores tras la reunión con los alcaldes y representantes del Campo de Gibraltar. Foto: Francis Mena.

El 23 de junio de 2016, el 51,9 por ciento de los votantes británicos apoyó la salida de Reino Unido de la Unión Europea. El Brexit cubrió de un gris manto de pura incertidumbre a Gibraltar y a la comarca del Campo de Gibraltar, como esa nube que se posa en días de levante fuerte sobre la Roca. Se empezó a hablar de Brexit duro, volvieron los viejos fantasmas del cierre de la Verja del 69 y se tambaleó el futuro de miles de unos 15.000 trabajadores campogibraltareños, la mayoría linenses. El acuerdo de Nochevieja de 2020 puso una primera piedra a la esperanza pero han hecho falta cuatro años, muchas reuniones y más voluntad para poner algo de certidumbre a la situación. Aún hoy se mira con cierto escepticismo que lo deseado sea una realidad, lógica desconfianza por otro lado tras décadas de reveses y promesas incumplidas para con este rincón de Andalucía. Sin embargo la puerta a un cambio histórico -de verdad, que esa palabra está últimamente sobreexplotada- parece estar más abierta que nunca. El desmantelamiento de la Verja, la libre circulación de personas y mercancías, y el uso compartido del aeropuerto son aspectos que ya casi se dan por hechos en círculos políticos. 

Hay muchas cuestiones avanzadas, también muchas dudas, pero de cumplirse lo que está sobre la mesa sería sin duda la mejor relación entre España y Gibraltar desde que esta plaza de la Bahía de Algeciras fuese tomada por tropas británicas y del posterior Tratado de Utrecht firmado el 13 de julio de 1713. También supondría un cambio profundo no sólo en las relaciones sino también en las aspiraciones del Campo de Gibraltar, una de las zonas más castigadas del territorio nacional. 

La Zona de Prosperidad Compartida, sin embargo, es un tren que la comarca no puede perder y para ello necesita más que un acuerdo postBrexit entre países. Así lo han expresado hoy algunos representantes políticos y agentes socioeconómicos: precisa además de fuertes inversiones de las administraciones estatales y autonómicas, y de medidas valientes (sobre todo las relativas a la fiscalidad) dentro de una apuesta de Estado para actualizar la situación de la comarca y no agrandar y agravar la brecha existente entre Gibraltar y la comarca. Esas inversiones, por cierto, tienen nombres y apellidos: las 112 medidas de la Junta de Andalucía y los casi mil millones del Plan Campo de Gibraltar del Gobierno. Otra cosa es el nivel de ejecución a estas alturas. 

La Verja, el aeropuerto y Frontex

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, habla de "avances muy significativos" en las últimas reuniones, también de que las partes están en "reunión permanente" para cerrar el acuerdo final lo antes posible y que ya haya acuerdos en "líneas políticas generales" que incluyen el aeropuerto y libertad de movimiento de personas y mercancías. Logros que no se soñaban (ni planteaban) antes del Brexit. Al respecto de cómo se va llevar a la práctica todo eso hay todavía muchas dudas, algo que el representante del Gobierno ha tratado de responder con muchas reservas y prudencia en la tercera y hasta ahora última reunión con representantes del Campo de Gibraltar. La sensación es que hay más avanzado de lo que se cuenta. 

¿Cómo se va a organizar el paso una vez desaparezca la Verja? ¿Cómo se gestiona el aeropuerto? Son algunas de las dudas. Una de las claves está en el Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, que apoya a los Estados miembros de la Unión Europea y a los países asociados a Schengen -que sería el caso de Gibraltar-. Esta figura de control fronterizo tendría presencia en el aeropuerto y en el puerto marítimo de la Roca.

Frontex trabajaría codo con codo, compartiendo inteligencia y experiencia con el estado miembro implicado, en este caso España, y Reino Unido a través de Gibraltar realizando tareas de vigilancia fronteriza, lucha contra la delincuencia transfronteriza y la asistencia en las operaciones de retorno para salvaguardar el Espacio Schengen. Cuánto de transitoria será esta medida será algo que tendrá que explicar, como otras muchas cosas, el texto de acuerdo definitivo

También quedará recogido en el futuro acuerdo, ha precisado el ministro este lunes, la cuestión relativa a la entrada y salida de soldados británicos llegados al puerto y al aeropuerto militar de Gibraltar hacia España, aunque tampoco aquí ha querido entrar en detalles. "Es una de las cosas sobre las que estamos hablando" y cualquier aspecto relativo a ello quedará "perfectamente controlado y definido".

Los trabajadores linenses, en el centro  

Si hay un municipio que se la juega en esta maraña de política internacional es La Línea de la Concepción. Frontera con la colonia británica, donde cada día acuden unos 15.000 trabajadores transfronterizos, más de 10.000 proceden del municipio linense, uno de los más castigados por el desempleo en Andalucía. Esa cifra, ha expuesto el ministro, supone "más del 50% de la fuerza laboral" de Gibraltar. 

El acuerdo va a garantizar, ha dicho Albares, "los derechos de los trabajadores del Campo de Gibraltar, no sólo de los actuales sino también de los futuros" y además también lo que se busca es que "sus vidas sean más fáciles, facilitar la movilidad cuando se desplazan para trabajar y lo que tiene que ver con aspectos sociales de su trabajo". 

La fluidez por el paso de la Verja y las pensiones son preocupaciones que ha expuesto el alcalde del municipio, Juan Franco, que sobre esto ha indicado que "no se ha trasladado las soluciones que están previstas pero sí las pretensiones que hay". El alcalde de La Línea se ha mostrado comprensivo con el momento de la negociación y que haya cuestiones que no se hayan querido detallar por parte del representantes del Gobierno, aunque agradece que estén en un lugar preferente dentro de los objetivos y de las conversaciones. 

Conversaciones que siguen y que deben continuar para rematar el texto definitivo que sea guía a la nueva relación entre el Peñón y la comarca a la que apellida. Todavía quedan cuestiones por cerrar y también voces críticas y recelos, especialmente en sectores más conservadores de Gran Bretaña. Frente a eso, la palabra "inminente" asociada al acuerdo y la voluntad política de las partes dan esperanzas. Las próximas semanas y meses son claves para cruzar esa puerta entreabierta a una nueva oportunidad para el Campo de Gibraltar y a un cambio histórico. 

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