Son las doce de la mañana en La Línea. Luce el sol, el cielo está despejado y hace buen tiempo. Una señora de avanzada edad se aguanta en pie a duras penas para sostener la escalera en la que se encuentra su marido, al que le va pasando los útiles con los que sacan brillo a una lápida. En otro punto de este mismo patio, una mujer le comenta risueña a un niño pequeño: "Este es tu otro abuelo, ¡has visto cuántos abuelos tienes!". Una familia se encuentra con otra en el pasillo central, conversan y uno de ellos sugiere: "Vamos a ir mientras a ver a mi madre, que está en el otro patio".
Son algunas de las escenas que este viernes se han ido repitiendo en los distintos cementarios del Campo de Gibraltar. Los camposantos de Algeciras y La Línea, en concreto, han registrado una notable afluencia de personas durante toda la jornada de hoy. Cientos y cientos de personas que no han faltado a esta tradicional cita con sus difuntos cada 1 de noviembre, Día de Todos los Santos.
La Policía Local regulaba el tráfico y los accesos a los cementerios, muy concurridos durante todo el día. Los puestos de flores, sin descanso, con una gran actividad. Pequeños y mayores, muchos mayores, familias enteras al completo, se reunían para limpiar, adecentar y poner flores a sus seres queridos. Muchas pasaban el rato con un animado ambiente, sentados alrededor de los nichos, comentando, riendo y recordando. Otros lo hacían de manera más luctosa, en silencio, en solitario. De una forma u otra ninguno les olvida. Porque solo se muere cuando se olvida.