La factoría romana de salazones, el último tesoro arqueológico recuperado de Algeciras

La fábrica de la calle San Nicolás de Algeciras, con unas cuarenta piletas de producción, supone una de las más grandes del Mediterráneo y ya cuenta con una estructura para su protección, paneles informativos y su restauración se encuentra en su fase final

Francis Mena
Periodista
24 de Julio de 2024
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La ciudad Algeciras, no sin esfuerzo y a paso lento, está descubriendo para sí misma y para el visitante parte de su rica y milenaria historia. Uno de los últimos hallazgos en florecer ha sido las factorías romanas de salazones de la calle San Nicolas, en la Villa Vieja, junto al Parque Smith del que formará parte. Un tesoro encontrado en el año 2000 en una parcela frondosa que iba a ser ocupada por una casa con piscina y que hoy ya tiene forma y relata datos relevantes de la ciudad de Iulia Traducta tras una inversión de unos 300.000 euros y años de trabajo e investigación que ya empieza a dar sus frutos. 

Los trabajos del Museo Municipal, junto con la Universidad de Cádiz (UCA) y el Ayuntamiento de Algeciras, han revelado tres factorías completas de más de cuarenta piletas dedicadas a la producción de salazones de pescados y otras actividades relacionadas con el sector marítimo-pesquero. Esto, según nos cuenta el arqueólogo municipal, Rafael Jiménez, muestra que “estamos dentro de una ciudad romana, Iulia Traducta”, que se confirma que sí estaba en los términos de la actual Algeciras. “Estamos en un sector del barrio industrial de una ciudad romana de tamaño medio, de unas 16 hectáreas, cuyo centro motor estaría en la zona del Hotel Cristina”, asegura.

Lo que se ha encontrado, estudiado, puesto en valor y, próximamente, a disposición del visitante son tres fábricas de salazones, una de ellas completa, lo que supone una de las diez más grandes del Mediterráneo. La de Baelo Claudia, en Bolonia, cuenta con unas siete piletas, mientras que la de Algeciras tiene más de cuarenta. Esto hace una idea de la capacidad de producción y de la importancia del dueño de la fábrica.

Puede apreciarse un patio central que cuenta con un pozo datado entre el siglo I antes de Cristo y I después de Cristo. Alrededor, las cuarenta piletas de producción de 1,80 metros de profundidad. Esta fábrica de salazones, según los estudios realizados, estuvo funcionando durante 600 años. Durante ese tiempo hubo remodelaciones y crecimientos de la factoría.

La famosa salsa garum, famosa en todo el Imperio Romano, tenía un peso importante en esta factoría, pero también tenía otras funciones y elaboraciones: salsamenta, conserva de pescados como el atún; el primer vivero de ostras tardorromano de la Península Ibérica; se ha descubierto la utilización de las espinas del pescado para la elaboración de harinas y pegamento; un secadero de pescado, “como los volaores de La Línea”; y también se aprovechaba la fábrica  para productos cárnicos, “uno de los primeros sitios donde se ha encontrado eso”.

Investigación pionera

“Pero lo que lo realmente interesante es que se han realizado un proyecto investigación pionero en Andalucía con la UCA y Ayuntamiento de Algeciras que, además de permitirnos poner en contacto a la gente con el mundo romano por primera vez en la ciudad, es la primera fábrica del Estrecho de Gibraltar en la que se ha encontrado garum en su posición original. Entre Bolonia y Algeciras está el 50% de todos los hallazgos de garum en el mundo romano. No es porque no haya garum en los demás sitio sino que no se ha investigado. Ha sido pionero para detectar el garum, saber cuál era el proceso de elaboración, que se recoge en los paneles informativos, y tienen el ultimo detalle de la investigación”, explica Rafael Jiménez, arqueólogo municipal.

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Paneles informativos en las factorías romanas de salazón de Algeciras. 

El hallazgo, considerado ya un Bien de Interés Cultural (BIC), ha ayudado a comprender mucho mejor el mundo romano y también da información de la evolución de Algeciras a lo largo de su historia. El recinto de la calle San Nicolás también cuenta con dos pozos medievales del siglo XIII, de la época meriní, y restos de la época bizantina del siglo VII, “cuando la factoría dejó de funcionar para convertirse posiblemente puesto militar y actividad comercial”. También, ya en el siglo XVIII, se uso como vertedero de atunes, según se conoce por documentos.

El trabajo de investigación llevado a cabo desde el Museo Municipal, desde el Ayuntamiento, y la UCA, cuenta con varias publicaciones que recoge los detalles y las conclusiones. 

En este proyecto de la factoría de salazones romana ha participado, además de la Delegación de Patrimonio y Cultura que lidera Pilar Pintor, la Delegación de Urbanismo y Fondos Europeos. La inversión total supera los 300.000 euros, buena parte de ellos se ha destinado a la construcción de una estructura que cubre los restos y que ayudará a conservar un nuevo tesoro de la ciudad de Algeciras.