La XXXII Palma de Plata fue un acto de justicia flamenca para Ramón de Algeciras. El guitarrista, el primogénito de Antonio Sánchez y Lucía la Portuguesa y el hermano mayor de los hermanos Pepe y Paco de Lucía, recibió a título póstumo el máximo reconocimiento que entregan los flamencos algecireños y la ciudad, que homenajeó a quien llevó su nombre como apellido artístico.
Ramón Sánchez Gómez (Algeciras, 1938) nació en el seno de una familia humilde y flamenca de La Bajadilla. Su padre, el del plan maestro, puso empeño en que aprendiera pronto la guitarra. Aún siendo un joven se fue con la compañía de Juanito Valderrama. Fue apoyo y mentor de su hermano Paco, cuya irrupción en la música supuso una revolución en el flamenco y también en su vida. Junto a la del Genio, la suya fue la primera guitarra que conquistó el Teatro Real. Ramón de Algeciras se convirtió en un cotizado acompañante, y fue guitarrista de Camarón, Antonio Mairena, Pepe Marchena o La Niña de los Peines. Es decir, los mejores.
Carlos Vargas, presidente de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras, entidad que entrega este galardón, dijo de Ramón de Algeciras que es un tesoro escondido de la ciudad. Y para eso están las peñas, para guardar y descubrir los tesoros del flamenco y así lo ha hecho esta semana, no sólo con la prestigiosa Palma de Plata sino con charlas-coloquio y actos humildes pero así de importantes.
El homenaje casi llenó el Teatro Florida de muchos aficionados cabales, también contó con la presencia de Casilda Varela, quien fuera mujer de Paco de Lucía, y la representación municipal. La gala de entrega de la Palma de Plata fue, como está mandado, muy flamenca, y elegante. Tras un precioso vídeo de Televisión Española del 62 de Ramón y Paco tocando juntos, abrió la noche de actuaciones Antonio Sánchez, sobrino del homenajeado, que contó que Ramón fue el que le regaló “su primera guitarra buena” y que le hablaba mucho a Paco -que también era su tío- de él. Acabaría formando parte del último Sexteto. Cuando habló su guitarra lo hizo con acento de su Paco hablando por rondeña y bulería.
El presentador de la gala, Manuel Martín, en esta ocasión más breve y acertado en sus intervenciones, resaltó la figura de Ramón de Algeciras, al que calificó de "rey sin corona", como un “maestro en el toque de acompañamiento”. Fue aplaudido cuando recordó de manera reivindicativa que “la Sociedad del Cante Grande no tiene todavía sede”. El Ayuntamiento tiene que poner remedio a eso.
Llegó el emotivo momento de la entrega. El alcalde, José Ignacio Landaluce, hizo entrega del precioso galardón de la Palma de Plata al hijo de Ramón de Algeciras, Ramón Sánchez, que agradeció a la ciudad el reconocimiento, que “llega de su ciudad y de los flamencos de su ciudad, lo que es todo un orgullo”. Plata al cielo y un aplauso cerrado para el maestro.
Continuó la fiesta flamenca con el baile de Gema Moneo y su elenco, con la guitarra de Jesús El Guardia. Luego, con el cante de José Valencia, con la guitarra de Juan Requena para poner broche de oro a una noche de Palma de Plata.
Una gran noche flamenca para una gran figura del flamenco: Ramón de Algeciras, con el que se ha hecho justicia. Justicia flamenca.