(1-3) Un triunfo tan sufrido como valioso

El Algeciras rompe en Antequera una racha de ocho partidos sin ganar en un duelo que se le pone de cara en los primeros minutos con un 0-2 y una expulsión pero que no cierra hasta la última jugada.

F.M.
23 de Marzo de 2025
(1-3) Un triunfo tan sufrido como valioso. El Algeciras celebra la victoria con su afición.
(1-3) Un triunfo tan sufrido como valioso. El Algeciras celebra la victoria con su afición.

La victoria del Algeciras Club de Fútbol en Antequera fue tan sufrida como valiosa. Porque a pesar de ponerse el partido de cara en doce minutos con un 0-2 y una expulsión del rival, los albirrojos no supieron cerrar el partido hasta la última jugada del mismo y pudieron perder la ventaja ante un rival superior. Sin embargo, el triunfo tiene un valor difícil de calcular en estos momentos pero que, de momento, vale para romper una racha de ocho partidos sin ganar y le saca del descenso. Nada menos.

El Algeciras de Justo ha demostrado muchas cosas esperanzadoras en los dos últimos partidos, ante el líder y el segundo, ante los que ha sumado cuatro de seis puntos. Ha vuelto a ser rocoso en defensa y ha sabido sufrir. También ha vuelto a anotar. Es un equipo más equilibrado y competitivo. También es verdad que le tembló el pulso y las ideas a pesar de la ventaja en el marcador y en el número de jugadores sobre el campo. No gestionó nada bien esas ventajas y sufrió más de lo necesario, eso sí, ante un buen equipo y mejor trabajado, que no se arrugó y que fue valiente hasta lo temeroso. El fútbol sonrió al cuadro algecireño esta vez.  

No pudo empezar mejor la historia para el Algeciras CF. A los cuatro minutos del encuentro Tomás Sánchez hizo el primero tras aprovechar un error en la salida del Antequera. Guion nuevo en Antequera. 

El partido se puso aún más de cara para los algecireños cuando en el 10’ Escudero se plantó ante el guardameta local Jero Lario, que derribó al delantero al filo del área y vio la roja. La falta, la clavó Marino Illescas para hacer el 0-2 en el 12’. 

Arranque perfecto para los de Fran Justo que se vio muy pronto con dos goles de ventaja y superioridad numérica. A partir de ahí, se vio un conjunto albirrojo errático, temeroso y a merced de un Antequera que le echó valor a las circunstancias y se hizo con el control y creó mucho peligro. 

No solo no parecía jugar con uno menos, sino que apretó y llegaba muy fácil al área de Lucho, que tuvo que salvar en varias ocasiones el gol local. A la contra, la carta que se guardó el Algeciras en ataque, no estuvo acertado el cuadro visitante. 

A duras penas soportó el vendaval antequerano hasta el descanso, un balón de oxígeno para el Algeciras, que no supo qué hacer ni con el balón ni con la ventaja ni con la superioridad numérica. 

Arrancó parecido el segundo acto. El Antequera volcado, mejor, y el Algeciras tratando de controlar algo más con balón pero con muchos problemas en la combinación, perdía la posesión muy rápido, y para conectar con la zona alta. 

Cuando los hombres de Justo enlazaba varios pases se aclaraba la situación e incluso se hacía notar la superioridad. Diego Esteban disparó con peligro en el 55’ y pudo ser la sentencia pero el balón se fue alto. El Antequera ni mucho menos bajó los brazos, tuvo opciones en saques de esquina  y con jugadas creadas desde la posesión y la calidad de sus medios. Roigé tuvo cerca el 1-2 tras una jugada desde la frontal. 

Justo empezó a mover el banquillo para tratar de frenar al cuadro del Antequera. Metió primero a Neco. En el 72’, Biabiany ajustó un cabezazo para hacer, ahora sí, el 1-2 más que merecido. Tembló el algecirismo. 

Hizo el Algeciras tres cambios de una tacada. Metió el técnico gallego a Lautaro, Manín y Leiva. Con el marcador más ajustado el cuadro albirrojo sufrió más pero mejor, y con Leiva corrió con más peligro a la contra. En una cruzó el joven algecireño el balón cuando pisó área. En otro contraataque Neco tampoco acertó en la última decisión. Los algeciristas se defendían con todo. 

Siete minutos de descuento. Con el Antequera ya volcado volvió a llegar el balón a Álvaro Leiva que esta vez dibló al portero y marcó el 1-3 para tranquilidad y éxtasis algecirista. Cerró una victoria fundamental, para cambiar una dinámica y muchas cosas en un equipo necesitado que escapa del descenso y de la ansiedad.