Las elecciones municipales han dejado claros vencedores (o vencedor) y vencidos en Algeciras. El rotundo triunfo de José Ignacio Landaluce, que gobernará con mayoría absoluta en su cuarto mandato, se contrapone con el descalabro de la izquierda en la ciudad, que paga dos de sus habituales pecados: la fractura y las refriegas internas.
El PSOE, que empeora los resultados de hace cuatro años, se queda por primera vez en la historia de la democracia como el único partido de izquierda en el pleno del Ayuntamiento de Algeciras. A la zurda de este partido, un fracaso a tres bandas. Ninguna de las formaciones que concurrían las elecciones del pasado domingo ha conseguido representación: ni la coalición formada por IU-Más País-Iniciativa, ni Adelante Andalucía, ni Podemos. Los cálculos indican que juntos, sumando los votos obtenidos el 28M, hubiesen podido alcanzar al menos dos concejales. 2-0.
La izquierda vuelve a evidenciar la incapacidad de anteponer las coincidencias a las diferencias para presentar una opción fuerte y convincente, a cambio, pone a los votantes ante una confusa sopa de letras de siglas, con evidentes rifirrafes, y mensajes y propuestas que se pisan. Hace cuatro años Adelante Algeciras, al menos, fue una formación de (aparente y conveniente) integración que consiguió dos concejales. 2-0. Tras meses de infructuoso esfuerzo por presentar un único partido de izquierda, acabaron por presentarse tres papeletas diferentes para con seis siglas. Capítulo aparte merece el caso de Podemos.
Ante este panorama, el porrazo de las tres formaciones por la división del voto era más que una opción, era incluso un temor de los propios candidatos. Opción y temor que se han cumplido. Pero esta situación no es solo una cuestión de Algeciras. Esa falta de consenso y unidad de los partidos a la izquierda del PSOE han lastrado a ese bloque en otros puntos del territorio nacional, y es posible que también acabe afectando en la recién anunciadas elecciones generales del 23 de julio.
El PSOE, peor con Arrabal
Esto se une a que el PSOE de Algeciras no atraviesa su mejor momento. La ola azul del PP a nivel nacional, la abstención y la falta de tiempo por la llegada de la candidata en la recta final del mandato pueden ser análisis válidos (o excusas) para explicar lo ocurrido por la candidatura que lidera Rocío Arrabal. Lo indiscutible es que los socialistas han perdido un concejal y más de 2.000 votos respecto a la candidatura presentada en 2019 por Juan Lozano, que acabó siendo presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar. Está en peor situación que hace cuatro años.
La estrategia del PSOE no solo no ha dañado a José Ignacio Landaluce, que ha centrado buena parte de la campaña socialista, sino que el alcalde del PP no ha sufrido lo que podría ser un lógico desgaste tras doce años de gobierno y ha ampliado su ventaja hasta recuperar la mayoría absoluta tras la desaparición de Ciudadanos. Esta tarde el PSOE tenía una reunión ejecutiva provincial, aplazada tras el adelanto de las generales por parte de Pedro Sánchez.
Desde luego, es para reflexionar. Hoy debería ser la verdadera jornada de reflexión para la izquierda de Algeciras, que no solo pierde terreno en la ciudad, sino que deja espacio a su antítesis política representada por Vox, que pasa de dos a cuatro concejales en solo cuatro años.