El Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) ha presentado la monografía 'Los sitios rupestres de Obispo, Avellano y Pilones (Los Barrios, Cádiz) en el contexto del arte prehistórico de la sierra del Niño', obra de la investigadora Mónica Solís Delgado. Este trabajo supone un avance significativo en el estudio del arte rupestre de la comarca y se basa en la investigación desarrollada por la autora en su tesis doctoral, 'La pintura rupestre en el entorno de la laguna de la Janda: sierra del Niño (Cádiz). Cambio cultural, arte y paisaje'.
El acto de presentación contó con la participación de Pablo García, vicepresidente de Cultura de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, y Eduardo Briones, director del IECG. Durante su intervención, Solís expresó su agradecimiento al Instituto por la colaboración y el apoyo recibido, destacando la solidez del vínculo profesional que han mantenido a lo largo de los años.
La investigadora explicó la metodología empleada en su estudio, que abarca desde el análisis detallado de cada figura hasta su contextualización dentro del conjunto de abrigos rupestres de la sierra del Niño. Además, subrayó la relación entre estos tres sitios y otros enclaves rupestres como Bacinete, las cavidades de Palomas y Peñón de la Cueva. Estos estudios forman parte de una tetralogía que busca interpretar la totalidad del arte rupestre en esta zona de la provincia de Cádiz.
La monografía aborda aspectos clave como el marco geográfico, las técnicas de ejecución de las pinturas, la iconografía, los estilos artísticos y la relación de los abrigos con el paisaje. Desde un enfoque crono-cultural, se analiza la influencia del arte rupestre en las comunidades prehistóricas que habitaron la región.
Uno de los principales aportes de la publicación es la identificación de dos concentraciones bien diferenciadas de arte rupestre dentro de la sierra del Niño, con características geográficas, paisajísticas y morfológicas distintas. Esta división refuerza la hipótesis de que el Campo de Gibraltar pudo ser uno de los focos iniciales del arte esquemático en la Península Ibérica, debido a la temprana aparición de comunidades con rasgos neolíticos. Además, evidencia la ocupación ininterrumpida de esta área del Estrecho, consolidando su importancia en la evolución cultural prehistórica.
Finalmente, Solís planteó nuevas hipótesis de investigación para comprender la relación entre el arte rupestre y los modos de vida de los grupos humanos prehistóricos. Destacó la necesidad de un enfoque integral que vincule las representaciones artísticas con el entorno y el paisaje.
Por su parte, Eduardo Briones resaltó la trayectoria de Solís dentro del IECG, donde ya ha publicado dos monografías, además de un cuaderno y un artículo en la revista Almoraima. Asimismo, subrayó la importancia de habilitar en la provincia de Cádiz un abrigo rupestre accesible para visitas guiadas, siguiendo el modelo de las cuevas de Ardales y La Pileta en Málaga, con el fin de acercar este valioso patrimonio a la ciudadanía.