"Sabéis que cada vez que voy a un sitio digo con orgullo que soy de La Línea de la Concepción", confesaba Erika Leiva. En la Plaza Fariñas se congregaron numerosos asistentes en el concierto de la artista, dentro de la programación de la IV Ruta del Atún. No faltaron los "ole" y los "¡qué bien cantas, hija!" de este entregado público, que de nuevo, la hizo sentir en casa.
Un caluroso reencuentro. Su pueblo la recibió con los brazos abiertos y con incontables aplausos. La artista, que quedó tercera en el programa Se Llama Copla de Canal Sur, llevó para la ocasión un vestido de flamenca con sello linense, bajo la marca Con M, del diseñador Manuel Sempere. "Este es un diseño de Manuel, que podéis encontrar su tienda en la calle Sol. ¡Yo vengo de la Balona, así te lo digo! ", apuntaba Leiva sobre su perfecta vestimenta.
Fue arropada por amigos, familiares y vecinos que volvían a disfrutar de su voz. La cantante no defraudó. Y es que incluso fue admirada desde las ventanas y los balcones. La coplera sintió cada letra y así lo transmitió a su entregado público.
"¡Qué alegría estar por fin en mi tierra! Que no se diga que una no es profeta de su tierra. Después voy por ahí a cantar y se me llena la boca de decir que soy de La Línea de la Concepción... ¡y ustedes lo sabéis!", decía poco después de empezar su actuación, conectando con los presentes. "Me da mucho coraje cuando hablan de La Línea, ¿qué pasa, que aquí no hay gente honrá? Claro que la hay. Yo siempre voy a sacar la cara por ustedes y por mi tierra", se declaraba así Erika Leiva a su ciudad, con admiración y un amor que es correspondido.
Una de las canciones que causaron más revuelo en la Plaza Fariñas fue Tengo miedo, dedicada a los asistentes. La linense se comió ese miedo y así lo defendió en el escenario, dejando un muy buen sabor a la ruta del atún, con este concierto que, sin duda, era uno de los platos fuertes de esta cuarta edición.