En algún momento en el cambiante entorno de la era digital, Entropay fue una brillante salvación para cualquiera que quisiera un medio para pagar de forma segura y sin esfuerzo en cualquier lugar que aceptara VISA.
Así, surgieron multitud de empresas que utilizaban este procesador de pagos para sus transacciones. No era raro encontrar Casinos EntroPay, o tiendas online que lo aceptaban como una alternativa más a las tarjetas tradicionales.
Pero con el paso del tiempo, sin embargo, este servicio desapareció por completo del panorama financiero y dejó a mucha gente preguntándose qué ocurrió en realidad para que se marchitara. Este artículo analiza en profundidad el ascenso, desarrollo y desaparición de Entropay.
Entropay - Un servicio que cambió el juego de los pagos online
Pionera en tarjetas virtuales de prepago, Entropay comenzó su andadura en 2003. Se concibió para proporcionar a los clientes una forma más segura y sencilla de realizar pagos en línea que no requiriera el uso de tarjetas de crédito y débito tradicionales.
Entropay se hizo popular por su sencillez y comodidad. Con la tarjeta virtual que proporcionaba, cualquiera podía crear una en pocos minutos con fondos de su cuenta bancaria u otra basada en Visa y utilizarla en casi todas partes.
Características y ventajas de Entropay
Una ventaja clave de utilizar Entropay era que se centraba en altos niveles de seguridad. Como cada tarjeta virtual era única y sólo se utilizaba para tipos de transacciones puntuales, había menos probabilidades de fraude. Esta característica permitía a los usuarios relajarse en una época en la que las brechas de seguridad online eran cada vez más frecuentes.
Además, Entropay era fácil de usar. El proceso de registro de la cuenta, la gestión de los fondos y el sistema de pago se mantuvieron sencillos en el diseño de Entropay, así que puedes ver por qué consiguió una adopción tan masiva. de gastos, lo que podía ser útil en la planificación y el control financieros.
El mercado y sus retos y competencia
Sin embargo, Entropay pronto se encontró con dificultades. Un factor importante era que la normativa estaba cambiando. Cuando los gobiernos de todo el mundo se dieron cuenta de que los pagos virtuales facilitaban el blanqueo de dinero y el fraude, tuvo que ponerse las pilas y gastar mucho en innovaciones para prevenir estos problemas.
Y de repente, surgieron empresas emergentes que hacían la competencia a gigantes como PayPal y hacían que a Entropay le resultara más difícil destacar.
Además, los gustos y preferencias de los usuarios empezaron a cambiar. A medida que surgían las soluciones móviles y los monederos digitales, los clientes buscaban formas aún más fluidas de satisfacer sus necesidades de gestión financiera. A pesar de estar entre los primeros en ofrecer ventajas superiores, Entropay no consiguió seguir el ritmo de una aceleración tan rápida de las mejoras tecnológicas.
Entropay muere lentamente
Entropay cerró definitivamente en 2019. Fue una noticia inesperada para muchos de los fieles usuarios de la aplicación, que la utilizaban para prácticamente todo en su día a día.
Y es que el coste de aplicar la nueva normativa, al que no ayudó la fuerte competencia en este espacio, casi con toda seguridad puso a Entropay un poco al límite. El desarrollo fue muy caro y la empresa siguió acumulando costes por mantenerse al día con la tecnología.
En cualquier caso, en el colapso de Entropay, vemos otro ejemplo más de la necesidad de adaptabilidad en el panorama actual de las fintech, que se mueve con rapidez. El éxito del esfuerzo inicial ha puesto de relieve la demanda de más soluciones de pago virtuales seguras y fáciles de usar, demanda que no hace sino aumentar.