"Ha sido corto pero intenso". Decía a las puertas del templo de San Mateo Apóstol el capataz del paso de misterio en la última levantá. El Nazareno y La Paz salieron a la calle pero con un recorrido acortado por el riesgo de lluvia. A Tarifa, después de encadenar suspensiones de sus procesiones, le supo a gloria ese ratito, esa intensidad.
La Venerable y Real Archicofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Paz hizo su salida a las 20:00 con la Dolorosa partiendo desde la Parroquia de San Francisco de Asís, en la Plaza del Ángel. Acompañadísima por las estrechas calles tarifeñas cominó al encuentro con su Hijo con un recorrido más corto y seguro bajo la amenaza de lluvia.
Antes de las 21:00 horas ya estaban llenos los dos flancos de Sancho IV el Bravo de tarifeños y visitantes. El Nazareno divisaba el paso de palio desde las puertas de su templo. El Encuentro no solo iba a ser el punto álgido, sino el principio del fin del recorrido del Señor portando la cruz. Por seguridad, y ante las previsiones, la hermandad decidió recoger los dos pasos en San Mateo una vez finalizara ese cara a cara.
El Encuentro fue sencillo, breve, sin grandes alardes, pero elegante y emotivo. Tras el rezo, con referencias a las víctimas de las guerras de Ucrania y Gaza, comenzó el paso del Nazareno a girar para encarar su vuelta a su templo. La cuadrilla lo hizo con gusto, luciéndose en una baldosa, los capataces guiaron con arte y pidieron a la banda que continuara tocando. "Qué ratito más bueno", decía. Lo difícil y trabajoso es bello en Semana Santa. Y vuelta a casa.
El Nazareno escuchó 'La Saeta' interpretada por la A.M. Santa Ángela de la Cruz de Las Cabezas de San Juan (Sevilla) en sus últimos metros, emplazándose al próximo Jueves Santo.
La Virgen de la Paz siguió sus pasos con su palio rojo a la noche templada y tranquila, pero a su vez inquietante. La lluvia estaba anunciada. Con sones de 'Siempre Macarena', tocado por la Agrupación Musical Pintor Manuel Reiné, de Tarifa, caminó el palio hacia el interior del templo, cerrando así un Jueves Santo tarifeño breve de tiempo pero intenso de emociones. Tarifa se quita una espina.