La concha del genio caracol

Un paseo por Algeciras a través de la música del genio Paco de Lucía, que nombró muchas de sus composiciones con referencias a la ciudad que le vio nacer y que aseguraba que era "su concha" que le ayudaba a subsistir

Francis Mena
Periodista
15 de Junio de 2024
Paco de Lucía, en la Plaza Alta de Algeciras, en una fotografía de Gabriela Canseco, su esposa.
Paco de Lucía, en la Plaza Alta de Algeciras, en una fotografía de Gabriela Canseco, su esposa.

"Algeciras es la única manera que he tenido de subsistir, de que el mundo no me coma, yo soy como los caracoles, yo tengo mi concha y yo vivo en Algeciras. Yo siempre estoy en Algeciras" . Paco de Lucía hablaba así de su ciudad, mucho más que una inspiración. A lo largo de su carrera bautizó a muchas de sus creaciones con nombres que hacen referencia al lugar que le vio nacer. Desde La Bajadilla hasta el Cementerio Viejo, recorremos esos rincones de la vida y obra del genio con la banda sonora de su guitarra.

Calle San Francisco

Casa natal de Paco de Lucía, en la calle San Francisco de La Bajadilla.
Casa natal de Paco de Lucía, en la calle San Francisco de La Bajadilla.

La historia de uno de los mejores músicos de la historia de España, y este paseo musical, arranca en un barrio humilde de una ciudad situada Entre dos aguas, nombre de una improvisada rumba que alcanzó la categoría de himno. Francisco Sánchez Gómez nació el 21 de diciembre de 1947 en el número 8 de la calle San Francisco, entre La Cañada y la Fuente Nueva, título el primero de una composición  que abre el disco Siroco, y el segundo para su tema que cierra Recital de Guitarra (1971). Una humilde placa señala hoy el punto de partida de aquel que cambió el flamenco.

Patio Custodio

Patio Custodio, antigua corrala del barrio de San Isidro. Foto: F.M.
Patio Custodio, antigua corrala del barrio de San Isidro. Foto: F.M.

Las referencias a la Algeciras que respiró Paco de Lucía abarcan desde los sitios más monumentales hasta los más cotidianos. Patio Custodio, bulería con el que se abre su disco Cositas Buenas (2004), hace referencia a una de las corralas o patio de vecino del barrio de San Isidro, un pueblo blanco anclado en mitad de la bulliciosa ciudad algecireña. Situado en la actual calle Teniente Mirada, aún hoy conserva su nombre en la entrada y su fisonomía. "Una fiesta se hace con tres personas: uno canta, otro baila, y el otro toca... Se me olvidaba... De los que dicen óle y tocan las palmas", cierra la canción.

Plaza Alta

Antonio, Paco, Pepe y Ramón, de niños en la Plaza Alta de Algeciras.
Antonio, Paco, Pepe y Ramón, de niños en la Plaza Alta de Algeciras.

La Plaza Alta es el corazón de Algeciras y también una soleá de Paco de Lucía que describe con su música la alegría de un rincón que, como hoy, es un lugar de juegos y esparcimiento entre su singular ornamentación de solería sevillana. Ahí se encuentra la Capilla Europa, a la que Camarón cantó así: “De la Capilla de Europa se divisa la bahía más bonita y más hermosa de la baja Andalucía”. A su espalda, el Callejón del Muro, que da nombre a una minera del disco Siroco (1987) y que baja hacia el icónico mercado Ingeniero Torroja, donde su padre tenía un puesto.

Calle Munición

Murallas meriníes, entre calle Munición y el Parque María Cristina.
Murallas meriníes, entre calle Munición y el Parque María Cristina.

Su infancia tuvo una gran influencia a lo largo de toda su vida. Muchas son sus geniales creaciones que rememoran el entorno en el que se crio. La alegría Calle Munición, de su disco Luzía (1998), hace referencia a la actual calle Comandante Gómez Ortega, vía que desemboca en las murallas medievales del siglo XIII , y que muestra la importancia de la ciudad como puerta de Al-Ándalus. Sin embargo, la elección de ese nombre obedecía a que durante la década de los cuarenta y cincuenta era una zona de tascas y juergas flamencas, donde solía actuar su padre y mentor: Antonio Sánchez Pecino.

El Rinconcillo

Paco de Lucía pasea por El Rinconcillo con su familia.
Paco de Lucía pasea por El Rinconcillo con su familia.

La mar y Paco: una conexión: El guitarrista casi siempre vivió, y hasta murió, cerca de la orilla. Ninguna playa hay en el mundo más flamenca que El Rinconcillo, donde el guitarrista y su familia disfrutaba muchos veranos. Por allí pasaron también Alejandro Sanz con su padre, Malú, José Carlos Gómez, o Manuel Molina con su padre Manuel El Encajero, entre otros. A este rincón algecireño dedicó un tango con sus hermanos Ramón y Pepe de Lucía en el disco El mundo flamenco (1971). Un mural recuerda al artista, que puso a una rumba de Cositas buenas el nombre del reconocido establecimiento Casa Bernardo.

Punta del Faro

Faro de Punta Carnero.
Faro de Punta Carnero.

El músico también homenajeó, en una bulería del disco Luzía, a otra playa algecireña El Chorruelo, ya tristemente extinta, y que se situaba a los pies del legendario Hotel Cristina, otro punto digno de visitar situado en la zona conocida como Villa Vieja, nombre que el flamenco tomó para una elegante soleá del mismo álbum. Pero la Algeciras de Paco de Lucía sigue por costa hasta sus confines, hasta la Punta del Faro, un lugar al que dedicó una bulería incluida en El duende flamenco (1971) y de parada obligada para contemplar el Estrecho y África.

Río de la Miel

Río de la Miel.
Río de la Miel.

No solo la mar, la fuente y caudal de las aguas dulces de Algeciras también inspiraron a Paco de Lucía. Por El Cobre, barriada que da nombre a una sevillana del maestro, el visitante puede encontrar uno de los muchos tesoros naturales de la ciudad, como el Río de la Miel, visitado por miles de personas y que el maestro convirtió en una bulería en su disco Luzía. Río Ancho es también el nombre de una de las más famosas, pegadizas y personales rumbas del maestro.

Cementerio Viejo

Mausoleo de Paco de Lucía. Foto: Francis Mena.
Mausoleo de Paco de Lucía. Foto: Francis Mena.

Y se hizo el silencio. Ese que dominó con su instrumento y que es omnipresente en el cementerio viejo de Algeciras, donde descansan los restos del guitarrista eterno. El mausoleo es lugar cargado de simbolismo: un azulejo portugués del siglo XVIII en recuerdo del origen de su madre Luzía Gómes, dos columnas de la añorada plaza de toros de La Perseverancia, un busto, sus manos, obras del escultor linense Nacho Falgueras, y una guitarra de cobre en la que se lee: "Aceptó siempre la tradición pero la desobedeció". Un lugar donde nunca falta un ramo de flores ni el silencio ni el descanso.

 

Archivado en