Que el Campo de Gibraltar no tiene grandes museos es una afirmación falsa, pero seguramente los mejores no tengan más techo que uno de sol, nubes y estrellas. La comarca cuenta al visitante la Historia de un enclave estratégico con museos al aire libre, desde la prehistoria más misteriosa a la II Guerra Mundial, pasando por el Imperio Romano o la Edad Media musulmana y cristiana.
La huella de los hombres que pintaban
Este extremo sur de la Península Ibérica cuenta, que se sepa, con más de 200 cuevas y abrigos con pinturas rupestres de hace miles de años. En los dos parques naturales del Campo de Gibraltar podemos encontrar representaciones de animales, figuras humanas, manos, embarcaciones, entre otros signos de la vida prehistórica. Además, de monumentos funerarios y tumbas antropomorfas.

Entre los lugares visitables encontramos la Cueva de Bacinete (Los Barrios), la Cueva del Moro (Tarifa) y la Cueva de las Estrellas (Castellar) y la Cueva de la Laja Alta (Jimena).
El abrigo rocoso conocido como Tajo de las Abejeras y situado en La Almoraima es el lienzo de importantes expresiones de este arte rupestre: cinco manos únicas en Andalucía, acompañadas por un repertorio de puntos, líneas, zigzag, formas antropomórficas y dibujos de caballos.
En la Cueva de Bacinete, en Los Barrios, nos encontramos representaciones de antropomorfos y zoomorfos, con escenas de humanos de caza. También en este municipio destaca la Cueva de las Bailaoras, Cueva del Magro o Cueva del Pajarraco.
La Cueva del Moro, en Tarifa, está considerada como el santuario paleolítico más meridional del continente europeo, con dibujos de caballos y figuras de más de 20.000 años de antigüedad.
La Cueva de la Laja Alta, en Jimena, supone un reto para los expertos. ¿Barcos en la prehistoria? ¿O son pinturas posteriores? El debate académico, que sigue abierto, no le resta belleza al lugar, es más, le añade misterio a uno de los símbolos turísticos de la comarca.
Para pensar en el Imperio Romano
Viajar en el tiempo no es difícil en el Campo de Gibraltar. Situado en un lugar privilegiado, encrucijada entre el Mediterráneo y el Atlántico, entre Europa y África, no es de extrañar que por aquí se asentaran diferentes civilizaciones.

En el siglo VII a.C. los fenicios, en el desarrollo de su importante actividad comercial, se establecieron en el Cerro del Prado, en la desembocadura del río Guadarranque. En el siglo IV a.C., los cartagineses o púnicos fundaron lo que hoy conocemos como Carteia. Roma vence a Cartago en las Guerras Púnicas del III a.C., y esta zona, ya en el 171 a.C., pasa a manos de Roma, convirtiéndose así en la primera colonia latina fuera de Italia. En este espacio, aunque aún por potenciar, encontramos templos, un foro, termas, murallas y un teatro.
Una de las maravillas del Campo de Gibraltar nos habla de Roma: el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, en Tarifa. Situado a la orilla de una de las mejores playas del mundo, la de Bolonia, encontramos una ciudad-factoría romana del siglo II antes de Cristo bien conservada, donde se puede apreciar su trazado urbano, su fábrica de salazones y garum, el foro, templos, y un teatro que aún hoy acoge representaciones, que se convierte en toda una experiencia. Además, el conjunto cuenta con un museo que nos amplía el conocimiento.
Recientemente, la comarca ha añadido a su catálogo de monumentos sobre la época romana la fábrica de salazones de la calle San Nicolás de Algeciras, con unas cuarenta piletas de producción, y que supone una de las más grandes del Mediterráneo.
Monumentos como castillos
La Edad Media es una de las épocas doradas de lo que hoy conocemos como el Campo de Gibraltar. Destacan sus castillos situados en Tarifa, Castellar y Jimena.

Aunque conocido como el Castillo de Guzman El Bueno, la fortaleza defensiva situada en pleno centro de Tarifa fue construida por el califa Abderraman III, en el 960 d.c. En el siglo XIII, tras la conquista cristiana del rey Sancho IV El Bravo, el castillo adquirió un papel fundamental en la defensa del reino de Castilla frente a los ataques musulmanes. Su nombre está ligado a la figura de Alonso Pérez de Guzmán, Guzmán el Bueno, quien en 1294 defendió la fortaleza contra un asedio musulmán, sacrificando la vida de su propio hijo antes de entregarla.
La comarca cuenta con decenas de cuevas con pinturas rupestres, tres castillos, dos ciudades de la Antigua Roma y numerosas fortificaciones
De la costa al interior del Parque Natural de los Alcornocales encontramos el Castillo-Fortaleza de Castellar, otra de las maravillas andaluzas que guarda la comarca. Originalmente fue una fortaleza árabe construida en el siglo XIII para defender el reino de taifas de Algeciras. Sus vistas espectaculares, sus callejuelas aún habitadas, su entrada de herradura, sus bien conservadas murallas y torres y sus imponentes vistas lo hacen una visita obligada, una joya de uno de los pueblos más bonitos de España.
Más adentro, encontramos el Castillo de Jimena de la Frontera, un elemento defensivo clave del Reino Nazarí de Granada, y levantado sobre un Municipium Res Publica Obensis (OBA) romana. El conjunto es un lugar con un encanto mágico, posiblemente fruto de su carácter milenario y cuenta con un recinto amurallado, dos arcos de herradura apuntada, aljibes, un foso seco y una singular torre circular desde la que se divisa el Estrecho y parte de las provincias de Cádiz y Málaga.
Señales de tiempos de guerra
Los siglos posteriores no fueron en blanco y hay muchos monumentos que nos hablan de Edad Moderna. De hecho, a pesar de su carácter milenario, la comarca como tal (re)nace de la toma de Gibraltar por los ingleses. Prueba de ello la encontramos en el Fuerte de Santa Bárbara, parte hoy visitable de la llamada Línea de Contravalación de Gibraltar, origen de la población de La Línea de la Concepción, un sistema de fortificaciones creado en el siglo XVIII con motivo de la defensa del istmo de Gibraltar frente a incursiones británicas.

Pero nuestro caminar por los tiempos al aire libre nos lleva hasta el siglo XX y la segunda Guerra Mundial. Aunque se cuenta que España no participó en ella, bajo el mando del dictador Francisco Franco se construyeron decenas de fortines de hormigón en la zona ante el temor de una invasión aliada.
Los esclavos republicanos levantaron búnkeres, nidos de ametralladoras, fortines y otros refugios a lo largo de la costa y en zonas de interior. Estos se encuentran en Algeciras, La Línea, San Roque, Los Barrios y Tarifa. La Línea cuenta con un centro de interpretación sobre la II Guerra Mundial en el Búnker 161.
Visitantes y vecinos pueden recorrer la historia de un lugar estratégicos como pocos en todo el mundo. Todo un museo al aire libre.