El alga asiática: mar abierto para invadir

Expertos y afectados reclaman acciones para mitigar el avance de la 'Rugulopteryx okamurae', que perjudica a diferentes regiones y países· El profesor Antonio Vegara considera fundamental trabajar en la aplicación práctica y comercial de esta especie y un plan nacional

Francis Mena
Periodista
12 de Septiembre de 2024
Entrevista a Antonio Vegara, profesor de la Sección de Educación Permanente de Tarifa Algas del Estrecho, dependiente de la Consejería de Educación.

El problema del alga invasora Rugulopteryx okamurae sigue extendiéndose y agravándose cuando va a cumplir, en 2025, diez años desde que se detectó en el Estrecho de Gibraltar. El último estudio de impacto económico de esta especie de procedencia asiática es de 2019, cuando se realizó para su declaración de especie invasora, y reflejaba de pérdidas de un millón de euros al año. Desde entonces nadie ha actualizado ese estudio pero se teme que la cifra se haya disparado, así como el daño a la biodiversidad marina. Expertos hablan de que "no hay solución" definitiva pero sí formas de mitigar ese avance, aunque "no se está haciendo anda al respecto", según indica Antonio Vegara, profesor de la Sección de Educación Permanente de Tarifa Algas del Estrecho, dependiente de la Consejería de Educación.

En noviembre de 2015 el Museo del Mar de Ceuta dio la voz de alarma. En unas inmersiones había encontrado un tipo de alga no autóctona. En 2016 se identificó como Rugulopteryx okamurae, una especie de alga parda originaria del océano Pacífico que habita en las costas de Japón, China y Corea. La principal hipótesis de cómo llegó hasta las costas españolas es a través de las aguas de lastre de los grandes barcos de mercancías que cubren rutas marítimas desde puertos asitáticos a los puertos de Algeciras y Tánger. Las aguas de lastre son empleadas para la navegación, para dar estabilidad al buque, mediante la toma directa de agua del mar, un proceso que se invierte y este agua es expulsada en otro lugar. En esa actividad se colaría la Rugulopteryx okamurae, que luego fue soltada en el entorno del Estrecho donde, en palabras del catedrático linense de Biología Marina, José Carlos García Gómez, ha encontrado "un traje a medida". 

Antonio Vegara es experto en la materia y uno de los que más ha insistido en alertar del peligro de esta especie. Con sus alumnas trabaja en la aplicación práctica de esta especie con un espacio y unos recursos muy limitados, propios, pero que ya da algunos frutos. Cree que podría dar más, pero asegura que desde las instituciones no se quiere avanzar en ese sentido. Entiende que es la principal vía de mitigación del avance de esta especie es su valoricación -operación cuyo objetivo principal es que el residuo pueda tener una finalidad útil y pueda ser comercializado-. Lamenta que la multinacional de moda Mango estaba interesada en hacer un acuerdo con la Sección de Educación Permanente de Tarifa para desarrollar suelas de zapatos a partir de arribazones de algas, pero que no se obtuvo los permisos pertitentes para avanzar en el proyecto. 

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, según Vegara, se entiende que su valorización y entrada en el mercado podría provocar la dispersión del alga asiática a través de sembrados de esta especie. Sin embargo, el profesor tarifeño señala que su valorización podría provocar una mitigación del 40%. Esto, sumado a un plan nacional teniendo en cuenta que este problema afecta ya a varias comunicades, sería desde su ponto de vista la mejor forma de actuar contra este desatre. 

Mientras tanto, los pescadores cuantifican en cinco millones de euros la caída de la facturación en Tarifa, Conil y Barbate desde la aparición de la Rugulopteryx okamurae, también provoca continuos gastos a los ayuntamientos y, lo que no se ve pero es aún más grave, "está provocando un desastre ambiental irreversible en la biodiversidad marina del Parque Natural del Estrecho y Reserva de la Biosfera". 

Problema-solución de Parque a Parque

El Campo de Gibraltar cuenta con dos tesoros naturales en forma de parques naturales, el de Los Alconocales y el del Estrecho. Uno está afectado por la seca de los alcornocales y, el otro, por el alga asiática. Como ya hemos venido contando meses atrás, la Sección de Educación Permanente (SEP) de Tarifa y la Finca La Almoraima prueban la especie marina, tras una serie de tratamiento, como posible cura para los árboles. ¿Resultados? Por ahora positivos. "Hemos observado una mejoría en dos árboles, el número 2 y el 5, frente a cómo los encontramos en marzo de 2023: vuelven a dar bellotas", explica con ilusión Antonio Vegara. 

"Las certezas científicas de esta mejoría no las puedo mostrar por la evidente falta de titulación académica y las propias limitaciones que marcan nuestros recursos. Pero las evidencias empíricas las comparto con el objetivo de la difusión/réplica por la persona que quiera. Incluso un poco más allá, por si el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul se viesen influenciadas positivamente recogiendo el testigo de ciencia aplicada para mejorar nuestra mar y nuestro monte en un 2 en 1: eliminar alga invasora asiática Rugulopteryx okamuare a la vez que frenar y mejorar el decaimiento del monte de alcornocal", expresa.